"No codiciarás nada que sea de tu prójimo"
(Ex 20, 17)
"Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón"
(Mt 6, 21)
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¿He codiciado o deseado enfermizamente los bienes ajenos?
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¿He caído en la avaricia, o sea la pasión inmoderada por las riquezas materiales, y el poder sobre ellas? "el ojo del avaro no se satisface con su suerte" (Si 14,9)
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¿He sentido envidia, o sea, he sentido como "tristeza" ante el bien o el triunfo de los demás, y un deseo desordenado de poseer u obtener lo mismo, aunque sea en forma indebida?
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¿He deseado un mal grave al prójimo?
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¿He estado muy apegado a las cosas terrenales (dinero, vehículos, casas, terrenos, computadores etc) y ocupo casi todo mi tiempo en acumular esas "cosas materiales"?