Papa Francisco: “Cuando más descendemos en humildad, más nos eleva Dios”
26/10/2022 10:55 am

Martha Guardado | Lumen El Salvador

En el Ángelus del domingo 23 de octubre, el Papa Francisco habló sobre la parábola del fariseo y el publicano, correspondiente al Evangelio del día, y dijo que “Ambos suben al templo a orar, pero sólo el publicano se eleva verdaderamente a Dios, porque desciende humildemente a la verdad de sí mismo y se presenta tal como es, sin máscaras, con su pobreza”.

En ese sentido, explicó que la parábola se basa en dos elementos: bajar y subir. El texto inicia narrando que dos hombres suben al Templo para orar, y ese aspecto recuerda episodios de la Biblia como cuando Moisés sube al Sinaí, Abraham sube a la montaña a ofrecer el sacrificio, y cuando Jesús se transfigura en la montaña. 

“Subir, por tanto, expresa la necesidad del corazón de desprenderse de una vida mediocre para encontrarse con el Señor; de elevarse de las llanuras de nuestro ego para ascender hacia Dios —deshacerse del propio yo—; de recoger lo que vivimos en el valle para llevarlo ante el Señor. Esto es "subir", y cuando rezamos subimos”, subrayó Su Santidad. 

Asimismo, explicó que para tener ese encuentro con Dios y ser transformados a través de la oración, hay que descender “dentro de nosotros mismos” y así “cultivar la sinceridad y la humildad de corazón, que nos permiten mirar con honestidad nuestras fragilidades y nuestra pobreza interior”.

“En la humildad nos hacemos capaces de llevar a Dios, sin fingir, lo que realmente somos, las limitaciones y las heridas, los pecados y las miserias que pesan en nuestro corazón, y de invocar su misericordia para que nos cure y nos levante. Él será quien nos levante, no nosotros. Cuanto más descendemos en humildad, más nos eleva Dios”, subrayó el Papa.

En esta línea, el Santo Padre invitó a los feligreses, obispos y sacerdotes; cuidarse del narcisismo, la vanagloria y el exhibicionismo como el fariseo, “Donde hay demasiado yo, hay poco Dios”.

Para finalizar su discurso, el Papa Francisco invocó la intercesión de la Santísima Virgen “la humilde esclava del Señor, imagen viva de lo que el Señor ama realizar, derrocando a los poderosos de sus tronos y levantando a los humildes”.

 
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